martes, 27 de septiembre de 2011

27. Vang Vieng


Hoy intentamos llegar hasta Kong Lor de una tirada, aunque sabemos que será una tarea difícil. Son muchos los kilómetros que nos separan y tendremos que hacer algunos transbordos.
A las nueve de la mañana ya estamos montados en un minibús que casi estrenamos. Es cómodo, está limpio y lo que es mejor su aire acondicionado funciona a la perfección.
Tras cuatro horas llegamos al centro de Vientián. Nos descargan las mochilas del techo y acompañamos a las israelitas hasta una estación de autobús cercana, para intentar ver si hay algún autobús que podamos coger hacia el sur, sin tener que ir a la Estación de Autobuses del Sur de Vientián, que se encuentra a seis kilómetros. Pero vemos que no es así y tomamos un tuk-tuk que nos lleva hasta la estación Sur. Por el camino Gortxu se da cuenta que le han robado el móvil de la mochila. Una vez en la Estación comprobamos que efectivamente el móvil no aparece por ninguna parte. Nuestras prioridades cambian. Ya no se trata de ir hacia el sur, sino de encontrar un ciber para anular la tarjeta de teléfono. Preguntamos en la estación pero allí ni hay teléfono público para llamadas internacionales ni internet.
Nos piden 40.000 kips por acercarnos a un ciber. Nos parece un atraco así que salimos de la terminal y nos dirigimos por la carretera sin rumbo concreto. No conseguimos que ningún tuk-tuk nos rebaje el precio y eso a presar de que saben que no hay más de dos kilómetros. Finalmente tras mucho andar y más preguntar llegamos a un ciber que han abierto el día anterior frente a una facultad universitaria. Allí gracias al chat de Facebook conseguimos que Álvaro llame a Euskaltel y anule la tarjeta. Pero ya es demasiado tarde para continuar camino así que paramos una sawngthaew que lleva a unas escolares y nos subimos para que nos lleve al centro. Pagamos 40.000 kips, algo abusivo y más cuando vemos que ellos pagan por el mismo trayecto 2000, pero estamos cansados y sólo queremos llegar al centro de la capital.
Vientián cada vez nos gusta menos. Al precio abusivo de sus tuk-tuk se une una oferta hotelera cara y de pésima calidad. No conseguimos nada por debajo de los 80.000kips. Finalmente nos quedamos en el menos malo a un precio de 60.000kips. Un atraco viendo la habitación pero no hay más.
En un par de hoteles hemos visto un cartel que anuncia un autobús a las cuevas de Kong Lor desde Vientián. En algunos sitios lo ofrecen por 150.000, poniendo que es VIP  y en otros por 120.000 poniendo que es bus local. Los dos salen a la misma hora así que nos tememos que los más caros mienten. Pero una vez estás en la estación ¿a quién reclamas? Cada vez nos gusta menos esta ciudad.
Ya es de noche así que paseamos por las inmediaciones del hotel, cenamos en un puesto callejero y nos vamos a dormir.
Nuestra intención era no quedarnos en esta ciudad así que no nos arrepentimos de no haberla visto. De todas formas lo que hemos visto en nuestros numerosos y costosos viajes en tuk-tuk tampoco nos ha despertado mucho interés. Enormes y feísimos edificios gubernamentales, estatuas y monumentos comunistas, que admitámoslo, pueden ser muy patrióticos pero feos un rato. Ni tan siquiera la Pha That Luang que vimos en la lejanía nos pareció llamativa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario