Un país isleño como Indonesia y donde además las infraestructuras en muchas zonas no están plenamente desarrolladas, los aviones funcionas casi como autobuses de línea, uniendo diferentes ciudades entre sí. No es de extrañar pues que antes de aterrizar en Sorong lo hubiéramos hecho antes en otras dos ciudades, ni que después el vuelo siguiera hasta Jakarta pasando por Makassar.
Nuestra
intención es ir directamente al archipiélago de Raja Ampat sin pasar por la
ciudad. Para ello nos acercamos a la oficina de turismo que se encuentra en el
Hotel Meriedien justo en frente del aeropuerto. La oficina es pequeña pero
bastante útil y permite hacer reservas en cualquier alojamiento de las islas.
Para acceder a la Reserva Marítima de Raja Ampat se debe abonar 40 euros en
concepto de tasa de conservación (la mitad para los ciudadanos indonesios),
pero uncartel anunciaba que la tasa se iba a duplicar en e próximo mes de
Enero. Si ya nos parecía una burrada de impuesto, la nueva tasa de 80 euros era
algo más que una clara extorsión, y más cuando la tasa para los nacionales se
iba a mantener en los 20€. La trabajadora de la oficina nos vendía las bondades
de la tasa y como esta repercutía directamente en la población local y en la
perservación del medio ambiente. Bien sabíamos que era todo pura fachada pero
aguantamos la chapa estoicamente. Sabíamos
que ese dinero sería empleado para sufragar al gobierno indonesio y para
continuar la colonización de la isla.
Aunque nuestra primera intención era permanecer en la isla de Waigeo
como campo base para explorar el archipiélago, finalmente decidimos ir a una
pequeña isla paradisiaca: Kri
Ranja Ampat
se ha convertido en una exclusiva zona de buceo, principalmente de barcos de
buceo en modo “vida a bordo”, por lo que encontrar alojamiento barato es
difícil. La gran mayoría de hoteles son “resort” de lujo cuyo precios por
habitación sube hasta a los 100€ como mínimo. De entre todas las opciones
baratas optamos por Mangkur Kodon guiados por las críticas de internet y las
fotos. Tras quedar con Raymond, su propietario, para que nos fuera a buscar al
puerto de Waigeo nos desplazamos en “ojek” hasta el puerto de Sorong. La mujer
de la oficina nos recomendó no pagar más de 20.000rupias por moto. Nos
acercamos a las “ojek” que se encontraban en la puerta del hotel. Al ser de
lujo, nos pedían el doble. Y como contra el vicio de pedir la virtud de no dar le
dijimos que no más de 15.000....¡y coló!
Dos barcos
conectan diariamente la isla de Waigeo con Sorong. Tomamos el de las 14h y en
apenas tres horas llegamos al puerto de Waigeo. Allí se encontraba Raimond y su
hermano esperándonos en su lancha. Ya al atardecer enfilamos hacia la isla de
Kri. El paisaje era precioso y el anochecer rojizo aún lo embellecía más. Con
noche cerrada atracamos en el modesto “resort”. Estábamos cansados así que
apenas cenamos y nos fuimos a dormir deseosos de que llegara el nuevo día para
disfrutar de Raja Ampat.