Los aviones
que unen Bandaneira con Ambon son una lotería. Hasta que uno no está volando no
sabe si el vuelo partirá o no….luego queda llegar a su destino, pero ese es
otro cantar. La compañía NBA, que durante
años tuvo denegada la licencia para volar por un accidente ocurrido en Seram,
solo dispone de un pequeño avión de hélices para cubrir la ruta. Si el avión se
estropea no hay otro de repuesto lo que significa que el servicio se suspende
hasta nuevo aviso. Son las nueve de la mañana y el avión aún no ha llegado pero
no parece que a nadie le preocupe el retraso, saben que el avión partió con
retraso de Ambon. A las nueve y media primero oímos la sirena del aeropuerto
que avisa a los lugareños que el avión está a punto de llegar y por tanto se
abstengan de cruzar la pista, luego pudimos localizar el pequeño avión sobre la
isla de Banda Besar para finalmente oír sus dos motores rugir con furia…bueno
no mucha furia porque es el avión más pequeño en el que nunca hemos viajado, 32
asientos. La línea está subvencionada pero la gestión de NBA es tan nefasta que
tiene una gran deuda con el principal suministrados de fuel del país, Petramina y nunca se sabe cuándo ni
dónde, ésta cortará el grifo del
combustible. El caso es que nosotros afortunadamente despegamos de las Islas
Banda con destino Ambon. Evidentemente las medidas de seguridad brillaban por
su ausencia.
El azafato estaba más interesado en compartir cigarrillo con los tripulantes, que en fijarse si el equipaje de mano estaba bien colocado o si te habías abrochado los cinturones. Llegamos a Ambon. Intentamos chequear si existía la posibilidad de continuar viaje sin pasar una noche en Ambon, pero desgraciadamente tanto Johan, que iba a Jakarta, como nosotros qe íbamos a Surabaya teníamos vuelos a precios razonables. Así que compramos billetes para el día siguiente.
El azafato estaba más interesado en compartir cigarrillo con los tripulantes, que en fijarse si el equipaje de mano estaba bien colocado o si te habías abrochado los cinturones. Llegamos a Ambon. Intentamos chequear si existía la posibilidad de continuar viaje sin pasar una noche en Ambon, pero desgraciadamente tanto Johan, que iba a Jakarta, como nosotros qe íbamos a Surabaya teníamos vuelos a precios razonables. Así que compramos billetes para el día siguiente.
A la salida
del aeropuerto una bemo, que acababa de dejar pasajeros, estaba esperando en la
puerta del aeropuerto. En apenas 60´ estábamos de nuevo en el mercado central
de Ambon. Andando nos acercamos de nuevo al Hotel City donde habíamos estado la
otra vez, mientras que Johan opto por algo más ajustado de precio.
El origen
de las dos comunidades, cristiana y musulmana, en Ambon se remonta a 500años.
Hasta 1512 Ambon estuvo bajo la influencia del sultanato de Ternate creándose
la comunidad musulmana especialmente en el norte de la isla, el resto seguía
siendo principalmente animista. Más tarde llegaron los portugueses que se
estaban expandiendo por las Molucas y establecieron una comunidad cristiana.
Llegaron los holandeses después y su periodo colonial aumentando la influencia
de la sociedad cristiana en la isla de Ambon. Durante la segunda guerra mundial
los japoneses tomaron la isla y los bombardeos de los aliados destruyeron todo
vestigio colonial de la ciudad. En 1950 la sede del movimiento independentista
de las Molucas del sur surgió en la ciudad de Ambon. Movimiento que fue
rápidamente sofocado por el ejército indonesio. A partir de entonces la influencia
de Jakarta ha ido en aumento hasta los lamentables hechos de 1999. Por tanto
Ambon aunque es una ciudad manejable no es especialmente bella. El calor era
insoportable así que los tres pasamos la tarde en la habitación de nuestro
hotel con el aire acondicionado a tope y contestando correos por internet,
viendo la tele y charlando.
Al
anochecer cuando la temperatura se hizo más soportable nos acercamos a un
restaurante que conocía Johan donde se comía barato y bueno. Y así fue. Para
hacer la digestión nos acercamos al mercado de nuevo y disfrutamos de la
variedad de puestos y del ambiente nocturno.
Aquella
zona era eminentemente musulmana así que había pocos, por no decir ningún
lugar, donde poder divertirse así que nos fuimos al hotel.
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