sábado, 3 de noviembre de 2012

3. Pulau Waisai. (Raja Ampat. Papúa)



El nombre del archipiélago de Raja Ampat significa “Cuatro Reyes” en honor a las principales cuatro islas: Misool, Salawati, Batanta, y Waigeo. Con una superficie de unos 46.000 km2, pero sólo 6.000 km2 de tierra alrededor del 85% de la superficie es océano, mientras que el resto, es un grupo de islas de coral: aproximadamente 610 islas. De estos cientos de islas, sólo 35 están habitadas por pueblos indígenas. El archipiélago no sólo está considerado como el mayor parque marino en Indonesia, también tiene el de mayor riqueza de vida marina del mundo.
Raja Ampat está ubicada en el centro de una gran área conocida como “El Triangulo de Coral” que abarca Indonesia, Malasia, Papua Nueva Guinea, Filipinas, Islas Salomón y Timor Oriental, y que contiene casi el 30 por ciento de los arrecifes del mundo y más de 3.000 especies de peces. Dentro de esta concentración de vida, Raja Ampat es el epicentro de esta riqueza. De hecho, según un informe de The Nature Conservancy  cerca de 75% de las especies marinas del mundo viven en este maravilloso archipiélago. El descubrimiento de esta riqueza empezó a principios de los años 90. Poco a poco ha ido adquiriendo mayor repercusión dentro del mundo científico y de los amantes del buceo, a tal punto que entre los 2001 y 2002 el famoso científico Gerry Allen experto Ictiólogo de Australia desarrolló un estudio de la riqueza bajo el mar en las aguas de Raja Ampat. Los resultados de este estudio demuestran que los arrecifes tienen la mayor riqueza de vida marina en el mundo. Según National Geographic, esta región tiene por lo menos 1300 especies de peces, 600 especies de coral, así como 700 especies de moluscos, por no mencionar los diferentes tipos de tortugas, algas y medusas.
Estas aguas son un universo de coral con enormes corrientes y mareas que bañan los arrecifes en un guiso sin fin de plancton. La posición de estas islas (entre el océano Pacifico e Indico), junto con las corrientes y el clima tropical se ha traducido en la biodiversidad más rica del planeta. Su geomorfología forma diversos hábitats para la evolución las especies: bancos de arena, montículos submarinos, solitarias playas de arena, acantilados que se levantan de 500 a 900 metros de alto, bosques de manglar, y una verde vegetación en armonía con el agua de color turquesa alrededor de las islas. El buceo en estas islas es irresistible. El agua es cristalina y el clima es como un verano sin fin. Con estas premisas iniciábamos nuestro día de buceo.
Tal y como habíamos acordado llegamos al Dive Center a las 9 de la mañana. Nos comenta el “manager” que el divemaster habitual está de boda en Sorong pero que vamos con un buceador del equipo de rescate. La razón de que este Centro de Buceo ofrezca unas tarifas ajustadas en comparación con el resto de “resort” es que su inmersiones se realizan en zonas cercanas lo que les ahorra un gasto considerable en gasolina. Así que buceamos en una isla cercana.
La inmersión organizativamente es un desastre. No hay explicación previa a la inmersión, nos sumergimos en una zona de coral muerta y tenemos que bucear durante 10 minutos para llegar al arrecife vivo, no tienen en cuenta las corrientes y no nos beneficiamos de ellas. El divemaster no lleva computador. Bajamos hasta 33m (cuando nosotros legalmente solo nos podemos sumergir hasta los 18m) y hacemos una descompresión a ojo porque cuando salimos a la superficie el divemaster es incapaz de decirnos cuanto tiempo hemos estado en el fondo. Menos mal que la vida marina compensan tanta desidia y mal hacer. Descansamos en la playa de una isla que está habitada por una importante colonia de gigantescos murciélagos de la fruta. Hacemos la segunda inmersión, nos fijamos más en los tiempos y en la profundidad y definitivamente comprobamos que no hacemos correctamente la inmersión. ¡¡¡Menos mal que al final solo vamos a hacer dos inmersiones!!!.
Volvemos a Resort. Una vez allí nos invitan a comer, porque increíblemente la comida no está incluida en el buceo, y nos dicen que al día siguiente una pareja de alemanes va a bucear en el Manta Point y que si queremos apuntarnos nosotros solo pagaríamos el buceo, ellos correrían con las 650.000 rupias que vale el bote, por supuesto nos piden que seamos discretos con los alemanes. Le decimos que sí, pero que no vamos a pagar más de 350.000 por inmersión y no los 450.000 que es lo que él nos pide. Al final acepta pues es dinero que va a ganar íntegramente ya que vayamos o no vayamos los gastos van a ser casi los mismos. Para nosotros es un negocio redondo, hemos conseguido las 4 inmersiones por 450.000 cada una y además buceamos en el Manta Point sin tener que pagar el plus de gasolina. Lo sentimos por los alemanes….bueno no mucho.
Una vez cerrado el trato y acordada la hora salimos a la carretera y a los pocos minutos nos recoge un camión que nos deja en la ciudad a cambio de un poco de conversación y un par de cigarros. Nunca antes habíamos sacado tanto partido a un paquete de cigarrillos como en este viaje.