Finalmente
hemos desistido de llegar a las isla Banda en barco desde Tual. Que un barco
mercante salga para allí y nosotros nos enteremos es harto difícil y esperar a
que llegue un barco PELNI es demasiado tiempo. Cambio de planes; volaremos
hasta Ambon y desde allí al día siguiente tomaremos un barco a Bandaneira.
Como
estamos un poco aburridos de tanta playa y además tenemos que comprar los
billetes de avión alquilamos una moto para pasar el día por la isla. Llegamos a
Langgur y hacemos una visita de cortesía a la recepcionista del hotel. Le hace
mucha ilusión, demasiada a mi parecer y nos comenta que a la tarde quizás se
pase por la playa pues su amigo la puede llevar. Después vamos hasta la oficina
de LionAir y compramos el billete de avión, el precio es prácticamente el mismo
que si fuéramos en segunda clase en un barco PELNI con la diferencia que en
avión no tardaremos más de 40 minutos y en barco es un día. Queremos
asegurarnos de tener un billete PELNI para ir desde Ambon a Bandaneira así que
nos acercamos a las oficinas de la naviera que está en Tual. Nos cuesta
encontrarla pero los lugareños nos ayudan de mil amores. Desgraciadamente el
sistema no está informatizado y no podemos comprar el billete, lo tendremos que
hacer en Ambon a nuestra llegada.
Volvemos
hacia la playa pero paramos en el pueblo de Ngilngof donde están construyendo
una gran iglesia. El calor es infernal así que nos acercamos hasta la playa del
pueblo y nos damos un chapuzón. Con la marea alta la playa es inexistente pero
no es suficiente para refrescarnos. Nos ponemos al sol para que la ropa
interior se nos seque.
Mientras esperamos unos lugareños se nos acercan, tienen que llevar unos depósitos de agua a un isla cercana, nos dicen cuál es pero no le entendemos, nos ofrecen acompañarles. Si hubiésemos estado sin moto probablemente lo hubiésemos hecho pero lo cierto es que no nos apetecía dejar todo el día la moto sin candar en el pueblo así que les dijimos que no. Una pena porque de seguro que hubiera sido una buena experiencia. De nuevo en la moto intentamos seguir hacia el pueblo de Debut por la costa pero el camino se volvía sendero y nosotros no éramos lo suficientemente habilidosos con la moto como para ir por allí. Si deseábamos seguir la excursión debíamos regresar a Langgur y allí coger otra carretera a Debut. Pero lo cierto es que no nos apetecía hacer tantos kilómetros en moto y menos con el intenso calor que hacía así que volvimos a Ohililir. Allí a la sombra y frente al puerto de pescadores pasamos el resto de la tarde leyendo y observando el trabajo de los pescadores.
Al atardecer
volvimos a nuestra cabaña y nos tumbamos para disfrutar de la bajada de
temperatura y del anochecer. A lo lejos vemos una figura femenina que nos
saluda, no la reconocemos y pensamos que no se dirige a nosotros. Pero tanta es
su insistencia que al final nos levantamos y nos acercamos. Se trata de la
recepcionista del hotel. ¡Nos habíamos olvidado por completo de que iba a
venir! Estuvimos hablando con ella lo que quedaba de tarde. Nos constó que era
cristiana, que nació en Ambon y que fue a Europa, en Holanda antigua metrópoli
de esta zona, cuando estallaron los disturbios religiosos en 1999. Después
volvió y hace unos meses decidió venir a Langur donde encontró trabajo en el
hotel Dragon. Echaba de menos a su familia así que su idea era regresar a Ambon
en breve. Nos habla de la vida en las Molucas, de los conflictos religiosos, de
las oportunidades de trabajo, de los estudios….Ya casi con la noche encima
viene su amigo a buscarla y se marcha.Mientras esperamos unos lugareños se nos acercan, tienen que llevar unos depósitos de agua a un isla cercana, nos dicen cuál es pero no le entendemos, nos ofrecen acompañarles. Si hubiésemos estado sin moto probablemente lo hubiésemos hecho pero lo cierto es que no nos apetecía dejar todo el día la moto sin candar en el pueblo así que les dijimos que no. Una pena porque de seguro que hubiera sido una buena experiencia. De nuevo en la moto intentamos seguir hacia el pueblo de Debut por la costa pero el camino se volvía sendero y nosotros no éramos lo suficientemente habilidosos con la moto como para ir por allí. Si deseábamos seguir la excursión debíamos regresar a Langgur y allí coger otra carretera a Debut. Pero lo cierto es que no nos apetecía hacer tantos kilómetros en moto y menos con el intenso calor que hacía así que volvimos a Ohililir. Allí a la sombra y frente al puerto de pescadores pasamos el resto de la tarde leyendo y observando el trabajo de los pescadores.
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