viernes, 30 de noviembre de 2012

30. Pancasari. (Bali)


Aunque nos hubiéramos quedado más días en nuestro superlujoso alojamiento somos conscientes de que el viaje debe continuar. Por la mañana hasta las 12 del mediodía estamos en la piscina. Luego recogemos y esperamos a pie de carretera a que pase un transporte. Nuestra intención es ir al interior de la isla, a las montañas, pero no sabemos muy bien cómo hacerlo. Tomamos un bemo que nos lleva a Singaraja que nos quiere cobrar 50.000 a cada uno, protestamos y pagamos 40.000, aun así creemos que no deberíamos haber pagado más de 30.000, pero la culpa nuestra por no preguntar. Singaraja tiene dos terminales principales de autobús así que tomamos otro bemo que por 6000rupias nos traslada. De nuevo tomamos un bemo hasta Pancasari. Pagamos 25.000 rupias, estamos seguros de que es más barato, pero son ya casi las 4 de la tarde y no hay muchas opciones. Una vez en Pancasari es demasiado tarde para coger un bemo hasta Munduk, que además de por sí son más bien escasos, y las motos que se ofrecen a llevarnos nos piden al principio 100.000 rupias a cada uno, y no lo bajan de los 60.000. Finalmente decidimos quedarnos a dormir en Pancasari y ver al día siguiente cómo nos las compondremos. Total, apenas quedan unas horas de luz.. Nos hospedamos en el Hotel Pancasari, un alojamiento decadente que tuvo su momento de esplendor allá por los años 80, pero que hoy está casi abandonado. En cualquier caso aunque las habitaciones están raídas son limpias, muy grandes y pagamos 200.000. Somos los únicos huéspedes. Da un poco miedo.
Al atardecer las nubes cubren las montañas. La temperatura es fresca pero no fría. La zona se dedica principalmente al cultivo de la fresa. Paseamos por los alrededores. Los pueblos son dispersos pero muy agradables. Las vistas son también muy bonitas. Nos hallamos en el centro de una enorme caldera volcánica ya extinta. Comemos en los puestos del mercado. El paseo, la tranquilidad del pueblo y la cena nos levantan el ánimo.

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